domingo, 4 de mayo de 2008

Vamos al supermercado

Hoy he ido con mis palabras al SYP, y a la vuelta me he dado cuenta de que las “e” se habían multiplicado por mil. Como eran verdes y alargadas las he dejado en el parterre de la entrada de mi casa y ahora tengo el jardín que ni los vecinos se creen que sea natural, de lo bonito que está, yo…que soy tan descuidada.

A las demás las he metido en casa porque estaban agotadas. Al llegar a la caja se habían escondido entre las botellas de leche, las naranjas y el resto de compra y cada vez que se oía el pitido de los códigos de barras saltaban todas…De verdad, estaban histéricas, aplaudían a rabiar, menos mal que sólo yo las veía.

Me han hecho prometerles que mañana volvemos, pero las voy a llevar a Carrefour, se lo merecen. Allí sí que van a alucinar cuando vean a 50 cajas pitando sin parar. Y de paso pondré césped artificial en el parterre de atrás.

viernes, 2 de mayo de 2008

Palabras de campo y playa

Ayer tuve que sacarme mis palabras con cuchara de la boca, no paraban de crearse pero en la garganta se hacían nudo y salían enredadas, sin sitio hacia donde escapar era yo quien las sacaba a la fuerza para no ahogarme. He llenado unos platos para no tirarlas.
Esta mañana algunas eran frutas madurando, aún con sus tallos, algunas eran tulipanes, rosas, amarillos, naranjas… otras cayeron al suelo, tenían patas y pelos, y otras salieron volando, revoloteaban mariposas que iban saliendo a la terraza…Se ve que como no las llevé al campo y lo esperaban, el campo vino hasta ellas.

Las que me llegan de afuera no me dicen nada, no las veo, alguna me resuena y se posa en mi piel, me dejo sentirla, pero son tan pocas…no reconozco las palabras que no siento, se quedan dando vueltas como en la autopista, me cierran el paso, me tapan la vista, quiero devolverlas a sus dueños… ellos las pierden y yo con ellas no puedo hacer nada. Las pondré en un estantería por si quieren recogerlas, tal vez algún día ellos las sientan. Entonces se las devolveré con gusto, y así tal vez ellas puedan volver a sus casas y tener un sentimiento.

Hoy encontré unas palabras en la basura, quién se deshizo de ellas?, estaban ya arrugadas, resignadas a desaparecer, pero me miraban queriendo salir de allí. Encontré a “adiós”, encontré a “viaje”, encontré a “playa”, a “arena” y a bañador”, aún mojada. Las tendí en la terraza y les hice una foto, como si siguieran con su dueño de vacaciones, como si no las hubiera enviado en una postal que acabó en la basura. Les puse de fondo una postal del Caribe y se pusieron a reír y a sudar con el calor.
Porqué tienen tanta vida las palabras?, qué nos querrán decir?, me he quedado enganchada a ellas, cada día si no las veo ellas llegan hasta mi.
Y yo te sigo regalando mis palabras, míralas, aún se ríen de mi, me puse el bañador, me regué con la manguera, y ellas tan felices están cantando “Guantanamera, guajira, guantanamera….” Las escuchas ahora en ti? Si quieres puedes bailar, ellas se parten el trasero….y yo estoy feliz!.
Hoy mis palabras se han quedado en casa, tenían que ir de visita, pero no han podido salir, se han enredado “miedo” con “puedo” y “decisión” con “dueño”, se han puesto a jugar al scrabble y no he podido desenredarlas, una formaba parte de otra y no las distinguía, aun así, hemos montado el picnic en casa, “calor” se juntó con “mañana” por la “a” y “despedida” con “mirada” por la “i”, cada una buscaba su definición, su lugar, no podían separarse, “decisión” con “cobardía” aunque le fallaba el acento, y les ha costado encontrarse, “yo” con “luego”. Aunque sólo era un juego lo tomaban muy en serio, y a ratos peleaban, se caían del tablero, “afuera” con “espada” luchaba, “pasado” con “trabajo”, “ganas” con “nada”.
Qué les pasa a mis palabras? Porqué no me dejáis salir de este encierro? Tendré que acostumbrarme a escucharlas atentamente, aún no quieren soltarme. Las voy a llevar al campo, tal vez con el sol y el aire pierdan las raíces y salgan, y vuelvan a su origen…
Desde que perdí aquella palabra, no puedo salir de casa….desde que me di cuenta de que…


He perdido una palabra. Una simple palabra y no se dónde buscarla. Se hizo en mí hoy vacío donde habitaba ella. Tal vez sea la primera que salió de mi boca o la última que diré antes de morir, o la que con mayor alegría escuché….no lo creo, no lo sé. No era importante, era sólo una palabra antes de vivir sin ella.

Busco a ratos en mis manos, busco en la ruta diaria, busco en el suelo, busco en el sonido de las calles, busco un hilo del que tirar y poder recuperar esa nimia palabra hecha de pronto tan grande.

Una palabra ha caído en mi camino hacia casa. Se ha hecho olvido. Palabra ayer conocida, hoy convertida en esquina. Y no la encuentro. Exiliada de mi adentro me haré con ella silencio.

Era sólo una palabra…hecha de aire, hecha de nada, del material de los sueños, intangible, sin lugar…

Si aún recuerdas tu hogar vuelve que te pueda ver. Mientras tanto le hablaré y tal vez por el sonido recuerdes hoy tu camino y reconozcas mi ser, o tal vez... tal vez me quede el vacío y no pueda más saber cómo era tu presencia…tal vez.

Hoy llovió

Esta mañana intentaba no mojarme con la lluvia que caía y no noté que iba perdiendo por mi espalda las palabras que ahora escribo.
Fueron resbalando hacia los charcos los recuerdos de mi infancia, los juguetes, el silencio, la casa, el patio, los juegos compartidos…
Y esta tarde me he encontrado a “niña” intentando secarse en el baño, y en el sofá a “cuento” que se había quedado dormida, “risa” por el pasillo arrastraba a “sol” y a “juego”, “casa” estaba en el jardín intentado evitar al perro, y “verano” con “cielo” tomaban café en la cocina.
Aun no puedo ni sentarme, no hay lugar sin ocupar, han ido llegando todas, y el torrente de recuerdos sigue flotando a mi alrededor. Comentan la excursión que desde los charcos a las nubes les llevó, y la caída entre gotas de vuelta al hogar.
Las pongo ahora aquí, quiero tenerlas esta noche en mis sueños. Ahora las voy a sentir, no sea que se escapen de nuevo.

jueves, 1 de mayo de 2008

Sigo con mis palabras

Hoy mis palabras no saben cómo salir, se descomponen en letras y suben en remolinos, se acumulan en el techo de mi habitación sin sentido.
Letras pequeñas que se apilan dando vueltas, parece que supieran que me molestan, que me quitan el aire, que no puedo pensar en ellas, que no puedo darles vida.
Algunas han empezado a hacer “puf” dejando un rastro… palomitas que explotan dejando sus migas en mi cama, miguitas de Hansel y Gretel por si quiero volver a estar con ellas.
No caben ya más en este espacio y algunas se van por la puerta, aún enteras. Otras se aferran, se dan cuenta de que nada puede hacer un “que” solo,, ni un “y” sin compañeras.
Las que se sienten grandes como “todo”, “soy”, “amor”, “fuego”, “perdón”…dejan de lado a las demás…a las más pequeñas…
Pero qué es “todo” sin “nada”, qué es “soy” sin “amor”, qué es “fuego” sin “leña”, que es “perdón” sin “pecado”… parece que se han dado cuenta, porque ya vuelven a buscar a otras como ellas. Se recomponen en frases. Les lleva un tiempo pero quieren expresar algo y lo saben.
He visto a “luna” juntarse con “astros”, y la “y” les ha acompañado. Se han puesto blancas, amarillas y bellas, y se han alejado hasta las estrellas.
He visto a “recuerdo” como enamorado tomar de la mano a “tu” y a “presencia”, he visto al punto de la “i” volverse y recuperar su lugar en “tierra”.
Cada día aprendo algo de mis palabras, son ellas las que me enseñan, las que hacen que “emoción” se sienta, las que nunca me dejan. Día y noche renacen dejando huecos en blanco para que se entienda, pues “silencio”, “espacio” y “nada” también están siempre entre ellas.

soñando despierto


SINESTESIA


Es algo curioso lo que me pasa esta mañana, desde que me he levantado de la cama veo las palabras y los ruidos, los sonidos, tienen formas y colores, y se presentan uno tras otro frente a mí. Veo manos saludando, veo rojos y rápidos y “adioses” en negro de manos cerradas, veo a “carcajada” entre campanas doradas. Veo a las palabras pasearse frente a mí, no son letras, sino imágenes que vuelan y se pierden poco a poco, una tras otra. Como en los sueños, son sentimiento inseparable de la imagen, inseparable el sonido del lenguaje. Todo lo escucho con mi mirada, puedo darle forma y lo hago moverse, sin ningún esfuerzo, sin poder parar. El sonido del teclado son trocitos de granada que se abren y caen al suelo en verano y saben dulce. Veo a mis propias palabras llegar y alejarse entrecruzando sus colores, “cariño” es azul y grande y en ondas se pasea por los lados de mis manos, “patata” es una pisada que surge del suelo y se alarga un tiempo, “casi” es amarillo y pequeñito, hay palabras suaves y puntiagudas, hay que pinchan y las hay que tienen pelitos, las hay más quietas como “arrullo” que es una caliente manta azul con cuadros sobre la butaca, y si me levanto casi puedo tocarla…pero también se aleja entre las siguientes que llegan….

Lo cuento y no me creen, no las ven, pero yo sé que es porque no tienen tiempo de representarlas en su afuera, y las guardan, y si te las quedas no salen… Pero yo hoy, no puedo quedarme mis palabras… les he dado vida y espacio y tiempo, y color y forma y movimiento han surgido… pero no puedo mostrarlas…son mis palabras…y no las ven….tendré que escribirlas para que las vean, y si quieren conocerlas las lean… mis queridas vivas palabras estarán entonces en blanco y negro, pegadas al papel, quietas… si puedes, cógelas y tal vez en tu adentro las veas, las sientas, y se te presenten en algún momento, cuando menos te lo esperes… o tal vez en tus sueños.

Hoy te regalo mis palabras…quietas.