jueves, 1 de mayo de 2008

Sigo con mis palabras

Hoy mis palabras no saben cómo salir, se descomponen en letras y suben en remolinos, se acumulan en el techo de mi habitación sin sentido.
Letras pequeñas que se apilan dando vueltas, parece que supieran que me molestan, que me quitan el aire, que no puedo pensar en ellas, que no puedo darles vida.
Algunas han empezado a hacer “puf” dejando un rastro… palomitas que explotan dejando sus migas en mi cama, miguitas de Hansel y Gretel por si quiero volver a estar con ellas.
No caben ya más en este espacio y algunas se van por la puerta, aún enteras. Otras se aferran, se dan cuenta de que nada puede hacer un “que” solo,, ni un “y” sin compañeras.
Las que se sienten grandes como “todo”, “soy”, “amor”, “fuego”, “perdón”…dejan de lado a las demás…a las más pequeñas…
Pero qué es “todo” sin “nada”, qué es “soy” sin “amor”, qué es “fuego” sin “leña”, que es “perdón” sin “pecado”… parece que se han dado cuenta, porque ya vuelven a buscar a otras como ellas. Se recomponen en frases. Les lleva un tiempo pero quieren expresar algo y lo saben.
He visto a “luna” juntarse con “astros”, y la “y” les ha acompañado. Se han puesto blancas, amarillas y bellas, y se han alejado hasta las estrellas.
He visto a “recuerdo” como enamorado tomar de la mano a “tu” y a “presencia”, he visto al punto de la “i” volverse y recuperar su lugar en “tierra”.
Cada día aprendo algo de mis palabras, son ellas las que me enseñan, las que hacen que “emoción” se sienta, las que nunca me dejan. Día y noche renacen dejando huecos en blanco para que se entienda, pues “silencio”, “espacio” y “nada” también están siempre entre ellas.

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